El poder, ¿siempre es igual?

 Por: Said Ávila

¡Hola a todos después de un largo rato!

Me tocó hacer un ejemplo de ensayo para mis estudiantes y, como hace tiempo no publico nada, se me ocurrió colocar el ejemplo aquí, para mover un poco este asunto. 

Así que aquí se los comparto. No es muy profundo pero espero les interese o al menos los entretenga. 


El poder, ¿siempre es igual? 

Desde tiempos inmemoriales, las sociedades humanas se organizan y distribuyen responsabilidades para poder ayudarse mutuamente. Sin embargo, cuando dichas sociedades se desarrollan y crean sistemas complejos, la distribución de responsabilidades y recursos se desestabiliza, lo que da paso a que existan ciertos fenómenos y conflictos. Es entonces cuando entran en juego la política, el poder y la justicia, tres fenómenos no siempre equilibrados pero constantes en las sociedades, las cuales no se limitan a ejercerlos, sino también a representarlos en distintas expresiones artísticas, entre ellas, la literatura. 

Hay textos literarios que particularizan dicha representación al evidenciar cómo funcionan las dinámicas de poder, plasmando dicha dinámica a la vez que presentan sus valores y concepciones sobre la misma. Entre estas obras encontramos a Edipo Rey, escrita por Sófocles hace más de dos mil años, y a Hombres de Escabeche, escrita por la costarricense contemporánea Ana Istarú. 

Estos son dos textos anacrónicos, sin embargo, ¿será que poseen algo en común en cuanto a las dinámicas de poder que ejemplifican? ¿La concepción sobre la misma es igual en ambas obras? Es muy interesante notar que ambos textos, a pesar de poseer temáticas distintas y ser de épocas casi opuestas, poseen varios elementos en común que exploran estas dinámicas aunque, por supuesto, también tendrán sus diferencias. 

Entre las cosas que podemos notar en ambas obras en cuanto a la representación del poder, es que se establecen dos polos opuestos: uno fuerte y dominante, el que posee el poder,  y el otro débil y dominado, el cual no posee poder y está a expensas del otro, quien tiene la facultad de influenciar y determinar su vida. 

En el caso de Edipo, el polo de poder son los dioses y el destino, los cuales dominan y deciden la vida de los humanos, que encarnan el polo desfavorecido, representados los primeros en Apolo y los oráculos y los segundos en el desgraciado Edipo. En la obra se aprecia cómo los humanos, por muy ricos y fuertes que sean, siempre son inferiores a los dioses y a lo que estos dictaminan. 

De igual modo, en Hombres de Escabeche encontramos por un lado a los hombres, el polo fuerte y dominante, y por el otro a las mujeres, las cuáles están supeditadas a los primeros y sufren las consecuencias de ello, como vemos que ocurre con el personaje de Alicia en relación con su padre, su hermano y los distintos novios que tiene, pues su vida se ve siempre determinada por lo que estos hombres establecen sobre ella. 

En ambas obras los polos son claramente diferenciados y poseen características que los definen e incluso representan a unos como “naturalmente” más fuertes e ingeniosos que los otros. El grupo dominado siempre dependerá del grupo de poder, el cual actúa impunemente y respondiendo únicamente a su voluntad. 

Un segundo elemento importante que podemos apreciar en dicha representación es que, a pesar de que ambos polos están claramente diferenciados, observamos que se desarrolla una lucha entre estos, lucha protagonizada por los débiles que se intentan librar de la mano de los poderosos. 

Refiriéndose al texto de Sófocles, notamos cómo Edipo y sus padres realizan varios esfuerzos por librarse de la mano poderosa del destino y de los dioses, pues los padres tratan de asesinar a Edipo para evadir la profecía y el mismo Edipo, quien sobrevive, huye de quienes cree son sus padres con el mismo objetivo. 

En el texto costarricense, vemos que el personaje de Alicia desde muy pequeña intenta eliminar dicha barrera de poder tratando de asemejarse al grupo poderoso, pues la niña intenta jugar al fútbol y orinar de pie para asemejarse a su padre y a su hermano y, posteriormente, practica la fornicación y la galantería, como una forma de asemejarse a sus parejas masculinas. 

Ambas obras representan una lucha de la parte oprimida por librarse de los poderosos usando estrategias como la evasión o la adaptación, es decir, en unos casos huyendo y en otros tratando de eliminar dicha barrera para sentirse plenos y poder ser libres del poder que los oprime. 

Como se aprecia, ambos textos representan las dinámicas de poder del mismo modo. Sin embargo, es justamente en la concepción de dichas dinámicas que estos textos difieren, mostrando con ello los valores culturales que giran en torno a esta temática.

Igual de importante es notar el tercer elemento, el cual es sumamente significativo para contrastar las obras. Los padres de Edipo intentan deshacerse de este para librarse de la profecía. Edipo huye de Corinto para evitar que la profecía se cumpla. Empero, son justamente estas acciones las que dan pie a que el destino anunciado por los oráculos se cumpla, demostrando que no importa lo que las personas hagan o intenten, nunca podrán escapar del poder de los dioses. Se establece entonces una concepción donde los poderosos siempre serán vencedores y nunca vencidos, poseyendo una supremacía ineludible e irrevocable sobre aquellos que les son inferiores. 

Caso contrario puede observarse en el caso de Alicia quien, a pesar de sus constantes y fallidos intentos, al final logra empezar a romper la barrera que la definía como inferior a sus congéneres, logrando adquirir poder y, por lo tanto, autonomía y libertad, equilibrando la balanza y cambiando la dinámica antes establecida, evidenciando una concepción donde estas dinámicas no son perennes sino mutables, pues es posible cambiarlas, por lo que el oprimido puede dejar de estarlo y los poderosos pueden perder dicho poder, incitando a los polos débiles  al sublevación pues esta es factible e incluso necesaria y efectiva cuando se realiza. 

Es observable entonces, en las obras mencionadas, que la representación de las dinámicas de poder son las mismas, donde hay dos polos opuestos y uno se impone al otro pero a la vez hay una lucha interna por cambiar esta relación, lo que evidencia que dicha representación se mantiene igual a los largo de los años; sin embargo, las concepciones exhibidas difieren, pues el texto griego presenta estas dinámicas con irrebatibles, mientras que el texto de Istarú las presenta como dinámicas maleables e incita a combatirlas, pues afirma que los débiles pueden volverse fuertes y poderosos, venciendo a sus opresores. 

Al comparar textos tan temporalmente alejados, podemos afirmar que las representaciones de la dinámica del poder se mantiene intacta a los largo de los años; sin embargo, la concepción de dicha dinámica varía con el paso del tiempo, mostrando que dichas representaciones son formas en las que las sociedades expresan los valores y concepciones que poseen sobre determinados aspectos de la vida, brindándonos la posibilidad de identificar tales características a través del arte y la literatura que producen. 

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